En la cancha 5 del Lawn Tennis, las pelotas viajaban con un sonido distinto: más risa que golpe, más entusiasmo que técnica. Era el turno de los chicos. En el marco del WTA 125 de Tucumán, el torneo realizó una de las actividades más esperadas: el Kids Day, un momento dedicado a las escuelas de tenis y al encuentro entre los futuros talentos y los protagonistas del circuito profesional.

El evento reunió a decenas de niños de distintos clubes y escuelas tucumanas, que se acercaron al club para vivir la experiencia de jugar en el mismo escenario donde compiten las figuras del certamen.

Entre los presentes estuvieron Augusto Arquez, presidente de la Asociación Tucumana de Tenis, y la jugadora Florencia Urrutia, que ayer se había despedido en dieciseisavos tras caer frente a la italiana Jessica Pieri, aunque se quedó para disputar dobles. También participó su entrenador, Enzo Artoni, mientras que Mercedes Paz, directora del torneo, observó la actividad desde un costado, con la sonrisa de quien ve cumplirse una pequeña parte de su sueño: acercar el tenis profesional a la comunidad.

Un peloteo inolvidable

Los más grandes formaron una fila a un costado de la cancha. Uno a uno fueron ingresando para pelotear con Urrutia y Arquez, en un clima distendido y festivo. La santafesina, que se formó en el club y conoce cada rincón del predio, devolvía pelotas con suavidad, alentaba, reía, celebraba cada punto como si fuera una final.

“Fue súper divertido ver a todos los chicos ahí jugando, disfrutando, riéndose… muy lindo”, contó luego Florencia, todavía con la raqueta en la mano. “Cuando yo era chica, en Santa Fe, no había tantos torneos profesionales ni actividades así. Nunca tuve la posibilidad de participar en algo como esto, por eso lo valoro tanto”, agregó, mientras algunos pequeños le pedían una foto o una firma en la gorra.

A un costado, Artoni seguía los movimientos de los chicos, les daba consejos y bromeaba con ellos. “Me hicieron correr -dijo entre risas-. Había un par que jugaban muy bien, le pegaban fuerte, con todo. Es muy divertido estar con los chicos.”

El Kids Day fue una clase distinta: sin pizarras, sin horarios, sin presión. Solo el placer de jugar. “Está bueno porque es una experiencia que los chicos se van a llevar para siempre. Mañana irán al colegio y van a contar que pelotearon con una jugadora profesional. No todos los días se puede vivir algo así en el club”, reflexionó Urrutia.

“Que se diviertan”

Antes de despedirse, Florencia se tomó unos minutos para hablar con el grupo más pequeño, de entre seis y once años. Los escuchó, les hizo preguntas, se sacó fotos y les dejó un mensaje simple, que resume el espíritu de la jornada. “Que sigan con ese niño interior y que se diviertan. Que disfruten de su deporte. El tenis tiene muchas etapas, pero en esta edad lo importante es eso: disfrutar, reírse y aprender jugando”, dijo.

Cuando la actividad terminó, las raquetas quedaron apoyadas en el alambrado, pero la emoción seguía flotando en el aire. Los chicos se iban con la ilusión dibujada en el rostro y el recuerdo de haber compartido una cancha con quienes sueñan emular algún día.

En un torneo que celebra la excelencia, el Kids Day fue, por un rato, una lección de ternura y pertenencia: la confirmación de que el tenis también crece desde la sonrisa de los más chicos.